Los precios extraordinariamente altos del algodón han provocado que los fabricantes de la industria del vestido batallen para mantener bajos sus costos, pero los consumidores deben estar advertidos: la ropa de algodón se volverá cada vez más cara.
Fuente: Clarín
Realmente no hay opción", dijo Wesley R. Card, presidente y director ejecutivo del Jones Group, la compañía detrás de Anne Klein, Nine West y otras marcas. "Los precios tienen que subir." Esta primavera, la cadena BonTon subirá los precios de los artículos de moda de su marca privada en hasta un dólar y los precios aumentarán aún más el próximo otoño. Y en artículos como suéteres, está en proceso de hacer el cambio de 100 por ciento algodón a mezclas más acrílicas. Levi’s dice que ya ha elevado sus precios y que podría volver a hacerlo el año próximo.
Y Hanesbrands, fabricante de las marcas Champion, Hanes y Playtex, anuncia que los aumentos de precios ya estarán en vigor para febrero y que podrían subir más si los costos del algodón no bajan.
Otros fabricantes de ropa dicen que no han alterado sus precios este año, pero que el siguiente será diferente.
VF Corporation, fabricante de 7 for All Mankind y The North Face, dice que es probable que casi todas las marcas cuesten más el año próximo y que sus líneas de pantalones de mezclilla con alto contenido de algodón son particularmente susceptibles a los incrementos.
Jones dice que los aumentos podrían acercarse al 10 por ciento, si no es que superarlo.
El problema es un desequilibrio clásico de oferta y demanda, donde el precio del algodón ha aumentado casi un 80 por ciento desde julio y se anticipa que los precios permanezcan altos. "Es poco probable que la producción mundial de algodón alcance el nivel del consumo durante al menos dos años", dijo Sharon Johnson, analista titular para algodón con First Capital Group.
Los inventarios del algodón habían estado bajos debido a una débil demanda durante la recesión.
Este verano, los cultivos nuevos de algodón también se vieron mermados por las inundaciones en Paquistán y el mal clima en China e India, importantes países productores.
Sin embargo, la demanda de China, en particular, aumentó. Y al iniciarse la recuperación económica en Estados Unidos, los fabricantes de ropa y minoristas hicieron pedidos para aumentar su inventario, lo que generó aún más demanda. Al tiempo que aumentaron los precios, los especuladores entraron al mercado, lo que los incrementó todavía más.
A principios de noviembre, el precio del algodón (medido en futuros de algodón que vencen en diciembre) había alcanzado una altura récord debido a las preocupaciones de que el clima frío en China pudiera haber dañado algunos cultivos.
El drástico aumento en los precios del algodón ha hecho que algunas compañías de prendas de vestir trasladen su producción a países con mano de obra más barata o cobros aduaneros menos onerosos.
La compañía de ropa deportiva Lululemon Athletica está en proceso de reubicar parte de su manufactura de China a Vietnam, Camboya y Bangladesh, donde los salarios son más bajos, y Bon-Ton se beneficia de una producción con aranceles menores en Egipto y Nicaragua.
Los fabricantes también piensan ahora en pequeño, al estudiar si un botón o hilo pueden ser reemplazados con un equivalente más barato, o si la mezcla total del material puede alterarse para reducir su contenido de algodón.
"Los fabricantes reciben los pedidos del minorista y tienen esta conversación con él, donde dicen: `mira, no puedo darte esta prenda a un dólar este año cuando a mí me costó 1.25 dólares hacerla’", explicó Andrew Tananbaum, director ejecutivo de Capital Business Credit, que financia a fabricantes de ropa y otros importadores. "`Así que, ¿aceptarías esta prenda si tuviera acrílico en lugar de algodón?’".
Liz Claiborne, que fabrica marcas como Juicy Couture y Kate Spade, dijo que también experimenta con algunos de los materiales que usa. Un ejemplo, dijo la vocera Jane Randel, sería pasar de algunas telas italianas importadas a "proveedores que produzcan sus propias materias primas o hilos".
La compañía quizás también reevalúe sus contratos para los así llamados materiales componentes --como botones y pasamanería-- indicó.
En Bon-Ton, los precios al menudeo para la ropa de marca privada han aumentado entre un 5 y un 8 por ciento en lo que va del año, dijo Steve Villa, vicepresidente de marca privada en la compañía.
Bon-Ton ha recurrido a fórmulas diferentes, como suéteres mezclados con diferentes fibras de rayón y sintéticas, para evitar mayores aumentos.
Por supuesto, al tiempo que los fabricantes de ropa elevan el precio de los productos de algodón y también intentan reducir su dependencia de éste, surgen algunos riesgos.
Para empezar, ni los fabricantes ni los minoristas tienen la certeza de que los clientes estén dispuestos a pagar más por los productos de algodón.
Y, para desgracia de muchos puristas de la moda, en vista de que es poco probable que los precios disminuyan durante algún tiempo, podría darse una mayor aceptación popular de telas como el poliéster.
"Podríamos estar entrenando a una nueva generación para que acepte más las fibras sintéticas, que probablemente perjudicaría la participación de mercado del algodón a largo plazo", dijo Johnson.
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