lunes, 9 de mayo de 2011

Ferias de ropa en casa: una tendencia que crece

Precios accesibles, ropa original de diseñador y atención personalizada son algunas de las ventajas de las ventas domésticas. La difusión se logra a través de internet y el "boca a boca".

Las puertas están abiertas.
Adentro, percheros con ropa, bijouterie, carteras, zapatos. De diseñador. Y con precios accesibles. Si bien la idea de organizar ferias de ropa y accesorios en casas y departamentos no es nueva, en los últimos dos años las propuestas del estilo se multiplicaron; sólo hace falta buscar en Facebook para encontrar opciones en diversos puntos de la Capital. ¿Cuáles son las razones? Los altos costos de los alquileres de un local y la posibilidad de difundir marcas nuevas. En la mayoría de los casos, son organizadas por diseñadores o estudiantes que están comenzando con sus marcas personales y no cuentan con locales donde vender sus creaciones.

"La idea surgió para crear un espacio donde se juntara toda la ropa de diseño y marcas que no pueden acceder a locales a la calle, y con precios accesibles para el público", dice Inés, quien junto a su hermana Pilar creó la marca Las Moore. Su emprendimiento comenzó hace más de 10 años, con ferias esporádicas. Hace 2 años comenzaron a hacerlas una vez al mes, en Bella Vista y en Capital, y duran tres días, en los que pueden llegar a atender a más de 200 personas.

Generalmente, las ferias son organizadas en casas o departamentos, una vez al mes o cada 15 días. También, se arman showrooms permanentes en los domicilios o para visitar con cita previa, y ferias que incluyen no sólo ropa sino también muestras de arte, venta de comida y música. "Nosotros participamos en diversas ferias. A veces organizamos entre varios diseñadores independientes lo que dimos a llamar Arte Colectivo, que es una feria armada por todos, en la que no cobramos el espacio", describe Julia, de Aucan carteras, una marca que lanzó junto a dos amigas.

Diseños Originales

"El año pasado comencé con Dame Locura Accesorios. Como a mayoría de las mujeres, me encantan los accesorios de moda, así que quise armar un microemprendimiento que me divirtiera y que, a la vez, fuera interesante para la gente. Es un lugar en el que puedo crear y ser mi propia jefa, manejar mis tiempos y organizarme como quiera", dice Verónica Miramonte. Ella arma y vende collares, pulseras, prendedores y aros, todo a precios accesibles: "Los collares no superan los 50 pesos, las pulseras de madera pintadas a mano y las de metal están entre 25 y 30 pesos. Aros y prendedores rondan los 20 o 25".

"Nosotras hacemos carteras, bolsos y accesorios (billeteras y monederos). Son diseños propios, algunos reciclados y otros hechos desde cero. El precio siempre quisimos que sea barato: buscamos hacer carteras únicas y accesibles: la más cara ronda los 60 pesos", asegura Julia.

¿Por qué comenzaron con esto? "Nunca nos gustó la idea de serie: cientos de miles de carteras iguales, que si bien son baratas, no son únicas y particulares.

Nuestra idea siempre fue hacer carteras originales y a buen precio".

Entre los beneficios para los clientes ­ en su mayoría mujeres-, se encuentran el trato personalizado, el acceso a prendas de diseñador, el precio de los productos (en la mayoría de los casos, mucho menor que en cualquier local de ropa o accesorios) y la comodidad: pueden comprar sin presiones ni apuro, revisando lo que les interesa. Para las organizadoras, las ventajas son los bajos costos (no hay gastos de alquiler del local) y la posibilidad de organizar sus horarios según sus necesidades. "De esta forma, podemos ofrecer más variedad de productos y diversidad de marcas. Las clientes se encuentran en un lugar confortable y distendido, las hacemos sentir cómodas y eso genera un vínculo estrecho", dice Inés. "Trabajar así me da la oportunidad de formar parte de todo el proceso (desde el armado hasta la venta) -agrega Verónica-. Esto para mí es súper divertido y es reconfortante ver que la gente aprecia el trabajo hecho".

Difusión On-line

¿Cómo se dan a conocer las ferias? Fundamentalmente, a través de Internet,­ Facebook, Twitter, blogs y listas de mails, volantes y también el "boca a boca". "A partir de mayo de 2009 empezamos a ver el boom de Facebook y la interacción que generaba. Comenzamos con un grupo y al año llegamos a los 5.000 contactos. También hacemos publicidad con folletos y enviamos mails a todos nuestros contactos, creamos una base propia con la gente fue asistiendo. Sin embargo, creemos que la comunicación más importante es el boca a boca", describe Inés.

"Mis clientas llegan a mí a través de mi perfil de Facebook, tienen acceso a las fotos de lo que vendo, les mando los precios y detalles por mensaje privado y les reservo los accesorios hasta la próxima feria. Si no, arreglamos un punto de encuentro o les digo que se acerquen a mi casa", cierra Verónica.

Fuente: La Razón - por Micaela Vacca-

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