martes, 1 de noviembre de 2011

Tradición con mucha tela para cortar

Mucha tela para cortar hubo entre los días en que un vasco y un escocés se unieron para fabricar juntos un calzado de lona con suela de yute y los tiempos en que Alpargatas se convirtió en la empresa símbolo de la industria textil y del calzado en la Argentina. Corría 1883 cuando Juan Echegaray, un zapatero que traía una innovadora idea de zapatos cómodos y económicos, se asoció con Robert Fraser, miembro de una familia dueña de máquinas y telas, para fabricar las hoy célebres alpargatas, que darían nombre a la firma.


"Calzar alpargatas es lo más parecido a andar descalzo... pero sin estarlo", rezaba el slogan de la época. El calzado fresco y casual, característico por su capellada (fibra de algodón) y su suela (fibra de yute) ganó rápidamente terreno en el campo y la ciudad. Para principios del 1900, la Sociedad Anónima Fábrica Argentina de Alpargatas ya había instalado los primeros telares para la fabricación de lonas en el país e incluso había expandido sus operaciones a los países vecinos. Primero a Uruguay y luego a Brasil. La fundación de Sao Paulo Alpargatas tendría, exactamente 100 años más tarde, un rol determinante en la actualidad de la empresa argentina. Sin embargo, antes, durante el siglo XX, Alpargatas escribiría sus páginas más gloriosas en la industria nacional.

"Alpargatas tiene más de 125 años de permanencia ininterrumpida en el país y supo mantener a lo largo de los años los valores que le imprimieron sus fundadores: innovación constante, búsqueda permanente de la excelencia y espíritu emprendedor. Alpargatas ha sido protagonista del desarrollo empresarial e industrial del país", destaca Javier Goñi, actual CEO de la compañía. El imaginario colectivo de los argentinos se ha nutrido en más de una oportunidad de los productos de la empresa. Marcas como Topper, Flecha o Pampero, todas lanzadas al mercado en las décadas del '60 y del '70, ocupan un lugar especial en la mente de millones de consumidores argentinos. Y si de recuerdos emotivos se trata, los entrañables "Almanaques Alpargatas", con ilustraciones de artistas como Molina Campos, adornaron paredes a lo largo y ancho del país. De hecho, aún hoy, son buscados en los anticuarios.

Sin embargo, Alpargatas pasaría de ser una de las compañías nacionales de bandera hasta fines de los años '80, a convertirse en un emblema de las sucesivas crisis económicas y sociales de los años subsiguientes en la Argentina. Así lo explica Goñi: "La empresa tuvo que enfrentar tiempos difíciles, como a fines de los '90 y principios del 2000, cuando en sintonía con lo que le paso a muchas empresas nacionales, quedó herida de muerte y al borde de una quiebra", explica el CEO sobre los momentos más aciagos de la compañía, que llegó a reducir su fuerza laboral de 14.000 empleados a 4000, durante ese período.

En 2005, gracias a vina restructuración de su deuda, Alpargatas renació de sus cenizas y fue adquirida por Camargo Correa, el grupo brasileño que ya contaba con el control de Sao Paulo Alpargatas. "Gracias al tesón y al empuje de su gente, junto al crecimiento del país a partir del 2002, comenzó la recuperación de la empresa, que hoy se consolida y potencia con la incorporación de un socio estratégico como lo es Alpargatas Brasil", sostiene Goñi.

Hoy, la compañía busca recuperar el lugar de privilegio que supo ocupar en el mercado argentino. "Estamos atravesando un muy buen momento, con importantes inversiones para la modernización de su equipamiento en todas las plantas. Además, estamos llevando adelante una gran inversión publicitaria y de sponsorship para consolidar el liderazgo de la marca Topper en el ámbito local y expandirla a toda América latina en los próximos años", comparte el ejecutivo.

Reflejo de ello es la reciente inauguración de un nuevo centro de distribución en Pacheco, que demandó una inversión de más de $ 40 millones. Tenemos por delante un plan muy ambicioso, conjuntamente con Brasil para llevar a la marca Topper a una expansión en toda America latina en los próximos años.

"Queremos construir el futuro sobre nuestra rica historia. El sueño que perseguimos es llevar a Alpargatas a ser nuevamente un modelo de excelencia y establecer las bases de un crecimiento sólido que le permita seguir siendo por los próximos 100 años, una empresa querida y admirada", agrega Goñi. Como reza una frase del manifesto de la empresa: "Alpargatas, optimismo de los pies a la cabeza"

Fuente: El Cronista

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