lunes, 16 de noviembre de 2009

La producción de denim en 2009

La demanda aumentó fuerte desde el mes de julio. Un análisis sobre la tela denim que se utiliza para fabricar jeans. Pocos operadores en ese mercado textil.


Fuente: Contexto

Pantalones, faldas, vestidos, camisas, camperas: toda prenda digna de vestirnos tiene su versión en jean, la tela de las mutaciones.

A fines de este año de crisis los argentinos habremos comprado unas 42 millones de estas amigables prendas, para cuya fabricación se habrán usado casi 41 millones de metros de tela denim. Poco, si se compara con los 51,6 millones de prendas y los 60,4 millones de metros de tela consumidos en 2007.

La caída brusca en las ventas se produjo el año pasado, un 16,4% respecto a 2007 (10 millones de unidades) y este año cerrará con una merma adicional del 2 o 3%.

Los precios subieron poco el año pasado: 7%. Este año escalaron un 17% por la inflación y la suba del dólar. Los datos surgen del último estudio sectorial realizado por la consultora Key Market.

Detrás de un jean está el negocio más importante de la industria de la indumentaria: un universo que empieza en las fábricas textiles productoras de denim y abarca hasta el proveedor de cierres y botones.

La ciudad de Pergamino nuclea el 90% de la producción con más de 100 talleres de confección. “Las empresas comercializadoras de las prendas, por lo general, tercerizan la confección a en distintos talleres y se dedican al diseño y tareas de marketing para sus marcas. Este sector se caracteriza por un alto grado y nivel de competitividad y la marca es absolutamente relevante”, apunta Adriana De Bossi, directora de Key Market.

En las prendas existe un extendido negocio informal (que llegaría hasta un 50% del total), que incluye desde copias de grandes marcas, vendidas en sitios como La Salada hasta innumerables jeans sin marca, fabricados en talleres clandestinos.

Las cinco primeras marcas de prendas concentran sólo un 15 % del mercado y las diez primeras, llegan al 25%. Entre estas pueden mencionarse: Levis; Vanity Fair (Lee, Wrangler y Ufo), Tex, de Carrefour; Stone y Faguar (riojana). La catamarqueña Macata y la riojana Soberano, en los primeros puestos, que venden sin su marca y distribuyen a supers y mayoristas.

La atomización en la producción de prendas es inversamente proporcional a la concentración de la provisión del denim, donde el 70% del mercado en 2008 se repartió en cinco empresas: Alpargatas y Santista, o ex Grafa (las dos del grupo Camargo Correa), Santana y Brastex (todas de capital u origen brasileño) y la nacional Fibraltex.

“La importación de las telas tiene un peso relevante en el negocio, alrededor del 40%, mientras que su exportación es escasa. Sin embargo, en 2009 debido a la implementación de políticas estructurales, la importación bajó al 15% del total”, dice Adriana de Bossi, de Santista.

En este caso, las licencias no automáticas para los productos importados no desvelaron a los brasileños.

“Propusimos al gobierno un plan de inversiones, hicimos un gran esfuerzo entre enero y agosto y comenzamos a producir aquí casi la totalidad de productos que fabricamos en Brasil. Sólo traemos de allá algunas telas muy específicas. Nos convenía más producir acá para el mercado local por el tipo de cambio, la competencia es muy alta, es una verdadera guerra del jean”, asegura el brasileño Marcio Coimbra, gerente comercial en Jeansware de Santista.

En la planta de Tucumán “donde entra algodón y sale tela”, hay 900 empleados “en este año de menor demanda mantuvimos los empleos y aumentamos las horas trabajadas porque la producción fue un 16% mayor”, detalla Coimbra.

Santista produce –entre otras telas- cerca de 1,5 millones de metros mensuales de denim.

“El primer semestre fue chato, se consumió stock, a partir de julio la demanda arrancó más fuerte y hay buen ánimo para 2010 entre los empresarios textiles, el aumento podría ser del 15 %”.

Pablo Jedwabny, presidente de Brastex — la única de las cinco grandes que no produce en Argentina, sino que importa desde Brasil— admite que “la importación argentina bajó en dos años un 40% y las cuotas se redujeron. Pero no nos perjudicaron. Hay crisis y menor consumo, se nos ajustó el cupo porque el gobierno prioriza la producción local. Pero se hacen ajustes mensuales siguiendo la evolución del mercado”.

“El diálogo con el Ministerio de la Producción es muy bueno y la aduana no nos demora el ingreso de mercadería. Prevemos que la demanda crecerá del 15 al 20% en 2010 y nuestra cuota subirá en proporción. Los acuerdos se cumplen”, concluyó Jedwabny.

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