jueves, 4 de febrero de 2010

El mundo de la alta costura busca cómo sobrevivir

En la misma semana en que los líderes políticos y económicos se reunieron en Davos para hablar sobre cómo mejorar el estado del mundo bajo la consigna de "repensar, rediseñar y reconstruir", la gente de la moda se reunió en París para ver cómo mejorar el estado del sector utilizando también las palabras "repensar y reconstruir". Rediseñar es algo que, teóricamente, hacen todo el tiempo.

Foto: Armani Prive

Por Vanessa Friedman para El Cronista

En ambos casos el disparador es la necesidad de cortar costos. Aunque, según dicen las casas que todavía practican el arte de hacer ropa a mano y por pedido, el número de los clientes de la alta costura aumenta, por lo menos en Medio Oriente, Asia y Rusia, la semana de la moda de París se ha achicado: dura tres días y sólo siete grandes casas estuvieron presentes. Muchos ponen en duda que esta ceremonia sea aún necesaria.

El antiguo argumento dice que sí, porque lo que ocurre allí determina qué usarán las mujeres del mundo. Sin embargo, a juzgar por lo que se vio la semana pasada, esto no es así.

En Christian Dior, John Galliano se inspiró en Charles Worth, un modisto del siglo XIX, con el consiguiente desfile de polleras con festones y extraordinarios vestidos de fiesta con explosiones de color y brillos de satén, deslumbrantes para contemplar pero con un atractivo más apropiado para un museo que para usar en la calle.

Armani se inspiró en la luna, con chaquetas en curva sobre faldas en forma de tulipa y pantalones de la era espacial, además de vestidos blancos en telas casi iridiscentes, que copian el ciclo lunar. Sin duda, hay clientas a las que les encanta esta ropa. La actriz Anne Hathaway, sentada en primera fila en el desfile de Armani, estaba muy entusiasmada. Pero es difícil imaginar cómo esos modelos extremos pueden anticipar las próximas tendencias.

El tema no es si pueden venderse, sino si tiene sentido mostrar los modelos en una pasarela en lugar de hacerlo en privado, a cada cliente.

Evidentemente, la transformación de una estructura existente en algo nuevo y deseable es lo que todos buscan, tanto en el mundo de la moda como en el de las finanzas. Christian Estrosi, ministro de Industria de Francia, anunció una entidad para "brindar garantía del Estado a préstamos para empresas de la moda y otras áreas creativas". En otras palabras: un banco.

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