Desde este espacio semanal de comunicación, inauguro una columna de opinión. En ella reflejaré algunos temas que circulan en el sector y que merecen ser analizados. Espero a vuelta de correo vuestras reflexiones, ideas y comentarios.
Este primer editorial toca el tema de los cuellos de botella que se produjeron a partir de las licencias no automáticas de importación y respecto de las inversiones que se están realizando para solucionarlos.
Ciertamente las licencias no automáticas para la importación de algunos artículos de la cadena, han generado una desaceleración en la compra al exterior. Por ello se ha reemplazado muchas prendas que se traían confeccionadas por otras de hechura nacional. Obviamente que este cambio produjo algunos cuellos de botella. La provisión de insumos y la mayor demanda de talleres de confección, son, entre todos, los más preocupantes.
En cuanto a los insumos, la fabricación nacional ha respondido a este cambio de políticas, de la mejor manera. Realmente las empresas locales se han preocupado por invertir y aumentar su producción. Las cifras reales avalan este proceso (ver abajo informe económico de inversiones). Además debemos tener en cuenta que la importación de ciertos insumos (tejidos por ejemplo), no ha disminuido, sino que ha aumentado acompañando la reactivación de la confección argentina.
La mayor demanda hacia los talleres de confección, propios o tercerizados, ha generado un problema que llevará un poco más de tiempo resolver. Si bien el nivel de inversión para poner en marcha una ampliación o un taller en el sector confección, es mucho menor que en la industria de los insumos, la falta de mano de obra calificada para cada puesto de trabajo, es el mayor inconveniente por el que atraviesa este sector.
Creo que el desafío mayor de la industria textil es mantenerse unida. Entender que proveedores textiles y confeccionistas están unidos en un mismo camino. No se puede defender a un solo sector en perjuicio de los otros.
Analicemos brevemente las cifras económicas que muestran como evolucionó en este último año para saber cómo se desenvuelven las variables generales.
Inversión y Trabajo*
“La importante recuperación del nivel de actividad de la cadena de valor de la industria textil y de indumentaria, tuvo su correlación en la rápida reactivación de los proyectos de inversión de la cadena de valor a partir del mes de septiembre de 2009. La substancial recuperación de la inversión implicó que en el primer semestre del año 2010, la incorporación de bienes de capital creciera un 110% en comparación con el año anterior.
De mantenerse el ritmo de inversiones durante el resto del año 2010 se espera que los registros de inversión se ubiquen entre los 300 y 400 millones de dólares en este año”.
Además tenemos que tener en cuenta la importancia de estas medidas para la protección de las fuentes de trabajo: “La cadena de valor, que actualmente emplea más de medio millón de trabajadores, y mantuvo su dotación de personal durante las repercusiones de la crisis internacional, recurriendo únicamente a la reducción de la jornada laboral y a la no reposición de los puestos en donde se presentaron renuncias.
Como resultado de la ampliación de la capacidad productiva a través de las inversiones realizadas y del mayor nivel de actividad, el 38% de las empresas de la cadena de valor incrementarán su dotación de personal para el segundo semestre del año”.
Importaciones*
Un efecto negativo de la recuperación del nivel de actividad en general y en particular de la cadena de valor, es el crecimiento de las compras de productos textiles y de indumentaria desde el exterior.
Luego del pico máximo de importaciones en el año 2008 (con 1623 millones de dólares importados), las importaciones sufrieron una importante caída producto de la crisis y de la regulación del comercio a través del uso principalmente de las Licencias no automáticas.
El crecimiento de las importaciones de productos textiles no fue homogéneo para todos los eslabones que forman la cadena de valor.
Si bien en algunos sectores se observa la reducción de las importaciones durante el primer semestre del año 2010, como las prendas de vestir y las materias primas, se presenta un importante crecimiento de los tejidos de punto y tejidos planos, los cuales crecieron un 34% y 51% respectivamente.
Exportaciones*
Finalmente, resta destacar el importante dinamismo de las exportaciones de la cadena de valor.
Las exportaciones de la cadena crecieron desde el año 2009 hasta la fecha, y con la crisis mediante, un 96% siendo en el primer semestre del año 2010, un 52% superiores a las del semestre anterior.
El crecimiento de las exportaciones de la cadena de valor estuvo principalmente liderado por las exportaciones de mayor valor agregado, particularmente por las exportaciones de prendas de vestir, resaltando el importante desarrollo del diseño y las marcas de origen nacional.
Para fin de año, y en base a las estimaciones realizadas por la Fundación Pro Tejer, se espera que las exportaciones realizadas por la cadena de valor alcancen los 650 millones de dólares.
* Estractos de la presentación del economista Mariano Kestelboim, realizada el 26 de agosto en el marco de la Protextil 2010, organizada por la Fundación Protejer - Comportamiento de la cadena textil-indumentaria en el último año e impacto de la crisis económica mundial.
Todos estos indicadores nos muestran que estamos por el buen camino. Falta mucho por hacer pero no debemos dejar que ciertos inconvenientes nos separen, ni nos enfrenten. El mayor éxito de la industria textil-indumentaria se obtendrá desde la unidad de todos sus componentes.
Andrea Lippi
Directora
Para enviar comentarios, ideas y sugerencias: andrealippi@fibertel.com.ar
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