lunes, 6 de septiembre de 2010

La moda que viene

Dos cazadoras de tendencias de una consultora top inglesa revelan lo que se usará y por qué.

Foto: Snuggie, una frazada con mangas.

Fuente: Noticias.

Tener una bola de cristal que devele lo que se usará la próxima temporada es el sueño de toda fashionista. Por eso, cada año, la consultora inglesa WGSN revela en el BAFWeek a sala llena, las tendencias futuras en un seminario muy esperado por las "trendsetters" locales. En la última edición, la directora de la sede sudamericana, Andrea Bisker, y la gerenta de Cuentas Sur América, Catalina Marin, adelantaron los cuatro paradigmas que regirán al mundo de la moda.

COCOONING. Inspirado en la palabra "cocoon" (capullo), la misma que le dio nombre a un exitoso film de los ochenta, este movimiento se basa en el sentimiento de protección y "la necesidad de hogar". "Se da principalmente en el hemisferio sur donde las casas se transformaron en pequeños búnkers a causa de la inseguridad", explica Bisker. "Además, por culpa de la crisis, la gente dejó de cenar afuera y empezó a invitar a los amigos a su casa. Por eso, hoy el hogar es aquello que todos quieren vestir", agrega. ¿Cómo lo capitalizarán las empresas? Con la creación de líneas de "homeware" como las que ya lanzaron Giorgio Armani y Bottega Veneta o con inventos como el "Snuggie", una especie de frazada con mangas que debutó en la versión norteamericana del "Llame ya" y logró brillar en la New York Fashion Week.

ETNO WOMAN. Propone abrirse a nuevas experiencias. Como la protagonista del best seller "Comer, rezar y amar" que a lo largo de un año vive en Italia, la India e Indonesia, la idea es explorar las culturas desde la raíz. ¿Cuál es el mejor ejemplo? El "Couch surfing". Porque cuando tenés un huésped en tu casa conocés a fondo la cultura del otro", afirma Bisker. Según la especialista, las empresas ya "compraron" dicho movimiento y marcas como Electrolux ofrecen heladeras "a medida" de estos mochileros posmodernos, con compartimentos individuales para que no se mezcle la comida del huésped. "Creo que esta tendencia es una gran oportunidad para Sudamérica donde se conserva la cultura de verdad. La marca de zapatos Huija por ejemplo creció mucho porque siempre ofrece algo de la herencia argentina", opina.

FAUX REAL. Cansadas de combatir la piratería, las marcas comenzaron a parodiarla.
"La idea de este movimiento es cuestionar el término del valor: qué es verdadero y qué falso", explica Marin. Para ella, hay un nuevo concepto del lujo que jugará con la percepción de la autenticidad. "El objetivo de las marcas es celebrar la copia y la réplica; aceptarla y parodiarla", señala. Gucci por ejemplo, lanzó un bolso hecho en piel de cocodrilo que está recubierto en caucho plástico de tinte mate. El objetivo es que no se sepa si es una copia o es auténtico. ¿El precio de la parodia? Casi 30.000 euros.

FLEXIBILIDAD. Retomando el concepto de "fluidez" y "sociedad líquida" del sociólogo Zygmunt Bauman, Bisker explica que para las compañías es difícil "hablar" con los nuevos jóvenes. "No tienen paciencia para enamorarse, menos para ser fieles a una marca", argumenta. Por eso, la industria de la moda desarrolló el concepto de "pop up stores", tiendas que se abren por un lapso limitado como lo hizo Nike durante la temporada veraniega en Punta del Este o en el Barrio Chino, con una estética acorde. "El objetivo es sorprender a este consumidor flexible", concluye.

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