UN recorrido por los diseñadores más emblemáticos de la moda parisina que han desfilado sus diseños en el mes de enero.
Cuando la moda cambió sus cánones y se echó en los brazos del “pret a porter” se buscó una salida airosa a la Alta Costura diciendo, de una forma un poco irónica, que se había convertido “en un laboratorio de ideas”. Ahora, tras varios años de sortear todas las tormentas económicas y estilísticas, resulta que es verdad. Que la Alta Costura, de una forma sutil pero efectiva, sigue influyendo en los dictados de las tendencias y estilos y que nadie como ella puede aportar ese halo de magia indispensable para la moda.
DIOR: NOSTALGIA DEL NEW LOOK. Al ver los modelos de John Galiano se adivina su homenaje a la silueta cumbre de Dior que revolucionó la moda del momento con sus hombros marcados, cinturas de avispa y faldas de vuelo interminable, pero lo ha hecho inspirándose en los dibujos del ilustrador de moda René Gruau, que trabajó a las órdenes de Dior. El resultado es una colección, presentada en el Museo Rodin, llena de volúmenes y de movimiento, con tejidos de sedas y organzas con superposiciones de tul en “degradé” llenas de fluidez, que sugieren técnicas pictóricas exquisitas. Blusas abanico, mangas gigantes y solapas corola. ¿Su colorido? Tonos pastel, rosa maquillaje, verde pálido.
ARMANI: TECNOLOGIA Y FUTURISMO. La aureola de sencillez y pragmatismo que se adjudicaba a la moda de Armani ha tenido sus contrapartidas. Una de ellas podría ser esta colección presentada en la Place Vandôme, llena de sedas con acabados irisados, brillos metálicos, tejidos tecnológicos y colores intensos. Había un aire espacial hasta en los casquetes en forma de ovni que llevaban las modelos. Dominaron los colores ácidos, los tejidos tecnológicos y las joyas enormes. Faldas sobre pantalones estrechos y un cierto aire oriental en las chaquetas sin solapas ni cierres.
CHANEL: LA VIDA EN ROSA. Seguro que Cocó Chanel hubiera recriminado la “osadía” de su sucesor Karl Lagerfeld de introducir los tejidos vaqueros en la Alta Costura, pero Karl lo tiene muy claro: “No hay que temer a la evolución y el cambio”, opina. Pero junto a esta promoción del denim, ha recurrido a modelos inspirados en el ballet con “bailarinas” de raso atadas al tobillo, una profusión de tonos suaves y empolvados y entremezclando cristales y piedras casi con la apariencia de tejido. Una colección que rejuvenece la categoría innegable de los trajes de tweed y los clásicos looks Chanel presentes también en la colección, que discurrió en la intimidad de los salones de la Rue Cambon.
VALENTINO: NOCHES FLORIDAS. Los diseñadores Maria Grazia Chiurri y Pier Paolo Piccioli, que han encontrado por fin el beneplácito de su exigente antecesor Valentino, han presentado una colección inspirada en el colorido y la belleza de las flores, muy poco urbana, apta solamente para las horas “importantes” . Vestidos de tul, crêpe y gazar en rosas empolvados, malvas, y vainilla, con incrustaciones de perlas y cristales y algunas inspiraciones en el “origami”, con arabescos, caracoleos y solapas y lazos perfectamente enclavados en blusas y faldas. Un solo color se salía de la paleta imperante: el rojo Valentino, el sello de la casa que nunca falla.
GIVENCHY: JAPON A LA VISTA. Una presentación “estática”, como convenía a sus trajes distribuidos para ser admirados de cerca, en 4 salones consecutivos del Hotel D´Evreux. Inspiración japonesa en vestidos largos y lánguidos con dos caras perfectamente definidas: por delante con motivos orgánicos y vegetales y por detrás con motivos tecnológicos y fluorescentes. Vestidos cubiertos con bordados y lentejuelas en los que se adivinaban cientos de horas de trabajo y un halo de fantasía oriental pero totalmente contemporánea.
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