jueves, 5 de mayo de 2011

Sastrería masculina personalizada: la aguja en el pajar

Bajo el lema "500 manos para un traje su misura", la boutique local de la centenaria etiqueta italiana Ermenegildo Zegna expone los más de 300 tejidos que se destinarán a la confección de trajes a medida de la temporada invernal.

En 1910, un sastre de Trivero decidió producir, en su lanificio emplazado de cara a los Alpes, los tejidos de lana para trajes masculinos más elegantes del mundo. Eran los años en que se cimentaba el posicionamiento de Italia como sinónimo de hilados de alta costura. Ermenegildo Zegna sentó las bases de un imperio que acaba de celebrar su primer siglo de vida. Y pionero sigue siendo el espíritu de la compañía, en manos de la cuarta generación de descendientes del fundador. Porque no sólo fue la primera marca en bordar su logo en el orillo de la etiqueta sino que también apostó por la producción sustentable de las materias primas que, desde el día cero, adquirió directamente en sus países de origen: lana merino de Australia, cashmere de Mongolia, mohair de Sudáfrica, vicuña de Perú.

"Dado que la baja de precios no es una opción válida en el segmento de alta gama ni siquiera en épocas de crisis, los vencedores serán quienes apuesten por el valor agregado del servicio", comentó Paolo Zegna, presidente del grupo, durante su última visita a la Argentina con motivo de premiar a un productor de lana de Trelew, elegido entre 111 generadores de fibras naturales de todo el mundo.

Hacía referencia, concretamente, a Su Misura, el exclusivísimo servicio de confección de prendas personalizadas (según tejidos y patrones originales) disponibles en apenas cuatro semanas en cualquier boutique EZ del planeta.

Recuerdo que, durante el almuerzo compartido en Palacio Duhau, Zegna anticipó que "el crecimiento de la compañía no vendrá de la mano de la línea femenina ni sport wear, sino de concentrarse en el core-business".

Dos años después, la predicción se hace realidad de la mano de "500 manos para un traje su misura", la exhibición de los 300 tejidos seleccionados para la próxima temporada, que puede visitarse hasta esta tarde en la tienda EZ de la avenida Alvear.

Una oportunidad única para conocer los complejos pasos involucrados en la fabricación artesanal de las telas en un viaje que involucra más de 500 manos desde que se esquila el animal hasta que se peina la lana, se tiñe, se hila, se plancha, se corta y se cose.

Sorprende saber que transcurren 60 días entre que la lana se transforma en hilo y el hilo en tela; que el lanificio produce casi dos millones de metros de tejidos al año; que se continúan utilizando técnicas medievales de tinte en base a pigmentos naturales obtenidos de hierbas, frutos secos, madera o té; que una persona se ocupa de posicionar cada uno de los 6 mil nudos que forman una trama; que un traje de la marca es una invisible estructura de 100 piezas urdidas con maestría.

Fuente: El Cronista - Por Andrea del Río Editora de Clase Ejecutiva -

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