El 36 por ciento de los puestos de trabajo de esta actividad corresponden a establecimientos ubicados en algún punto de la provincia. Prometen más inversiones.
La industria textil está identificada como una de las actividades "sensibles" de la economía y por ello es beneficiaría de medidas del gobierno nacional y provincial para estimularla y protegerla de la competencia externa. Ambos esfuerzos dieron sus frutos y hoy el rubro es uno de los más dinámicos en el aparato industrial bonaerense: ofrece el 9 por ciento de los puestos de trabajo manufacturero y es el cuarto generador de empleo.
Las perspectivas apuntan a que esta realidad próspera para el sector se va a consolidar. Un buen ejemplo es el reciente anuncio de Kappa Argentina, que invertirá 5 millones de pesos para levantar una nueva línea de producción en su fábrica de Mataderos y busca sumar otra planta en el partido bonaerense de La Matanza. Hay más ejemplos de esta apuesta.
El fabricante de zapatillas Converse aumentará en 60% su producción, a partir del establecimiento de una nueva planta, que producirá 1,5 millones de pares mensuales. Y Button Company inauguró una fábrica de botones a gran escala, con una inversión de 4 millones de pesos para abastecer la demanda interna y las exportaciones.
La provincia cuenta con once distritos dedicados al sector de moda e indumentaria, en los que están radicadas seiscientas veinte empresas pequeñas y medianas, que generan cerca de 9 mil puestos de trabajo. "Estamos impulsando el modelo de asociatividad de las pymes textiles y confeccionistas a través de la puesta en marcha de esos distritos", se entusiasma el ministro de la Producción, Martín Ferré.
Los números acerca de la importancia relativa que tiene la actividad textil en Buenos Aires resultan contundentes. En su territorio se concentra un tercio de las fábricas del país, en parte seducidas por el régimen promocional vigente y al excensión al pago de Ingresos Brutos, un tributo de mucho peso relativo en la estructura fiscal provincial.
En consonancia con este dato, los registros oficiales acusan que en la provincia se genera el 36 por ciento de los puestos de trabajo y el 36.1 por ciento del valor agregado de esta industria en todo el país.
Dentro de la estructura del sector manufacturero, es el tercero en importancia respecto a la cantidad de establecimientos productivos. Si a la grilla laboral de las PYMES se añade la de las firmas de más envergadura, surge un número más destacado aún: la actividad crea cerca de 44 mil puestos de trabajo. Eso implica que la ocupación en el sector creció un 56,3 por ciento respecto al nivel que tenía en el año 2003.
Ese es, justamente, el año base para evaluar lo que los propios empresarios del sector consideran como un proceso de "reindustrialización". Esta expansión textilera implicó un salto de 160 por ciento sólo en los últimos cinco años, no sólo para abastecer a un mercado interno donde la demanda es creciente sino también para conquistar el externo. Las ventas al exterior de toda la industria textil argentina llegó a 300 millones de dólares.
El auge es especialmente notorio si se tiene en cuenta que este es un sector que presiona fuerte para consguir medidas de protección contra la competencia externa, lobby que ha hecho con mucho éxito.
A los arance les y licencias no automáticas para importar, el gobierno añadió la exigencia a las grandes marcas de indumentaria --de modo semejante a lo que ocurre con empresas de otros sectores--que presenten programas que equilibren la balanza comercial del rubro: si importan ropa deben exportar lo mismo o lo que fuere por un valor equivalente.
El mayor desvelo de los productores textiles locales, básicamente de prendas terminadas, es la importación desde China. Pero también preocupa Brasil, cuya industria también es más competitiva. En brasil último el intercambio registró un déficit de 209 millones de dólares: las compras al país vecino sumaron u$s 415 millones.
Fuente: Buenos Aires Económico
No hay comentarios:
Publicar un comentario