martes, 30 de agosto de 2011

La ropa del futuro

La fibra de la caña de bambú se potencia como alternativa al algodón debido a sus múltiples beneficios. El diseñador Ángel Ferrari lanzó su nueva línea de prendas confeccionadas con este material que aún se utiliza a escala limitada.

Una nueva tendencia se está gestando en el ámbito del diseño de indumentaria. Y es el uso de la fibra de bambú. Hay quienes seguramente se asustarán y pensarán en la salud de los simpáticos y agradables osos panda, que se alimentan principalmente del bambú, del cual ingieren unos 20 kilos diarios. Pero de las más de 1.000 especies distintas de bambú que existen en el mundo, sólo dos de ellas sirven para la confección de prendas, y no son consumidas por los osos panda.
Experiencia viajera. Hace 43 años que Ángel Ferrari incursiona en el rubro textil. Fue CEO de Triumph en Argentina (una empresa alemana dedicada a la fabricación y distribución de corsetería, lencería y trajes de baño desde hace más de 100 años) y gerente general de Conindar (compañía cuyo accionista mayoritario es la familia Furlotti, y que tiene como principal activo las licencias de las marcas Wrangler, Guess, Route 66 y Calvin Klein). En sus viajes a Europa aprendió a hacer confecciones de ropa íntima. Ángel lleva el diseño en la sangre. En 2006 creó Move, su propia firma, que se especializa en ropa interior para hombres. Sus recorridas por el mundo y los contactos que generó con empresas de primera línea le permitieron acceder a las últimas técnicas y fibras, y fue justamente el bambú la que más le despertó curiosidad. "Empecé a hacer ensayos con la fibra de bambú hace cuatro años con remeras, buzos y calzoncillos. Fui probando y mejorando la calidad del tejido y el teñido. Probé con distintos colorantes naturales, y así logré que se conservaran todas las propiedades de la fibra. Los ensayos de tenacidad y resistencia, superaron los estándares de calidad", dice Ángel, convencido de haber logrado un producto de primera línea.

Onda verde. La comodidad de la ropa interior es muy importante, sobre todo cuando se hace deporte. Los múltiples beneficios del bambú impulsaron a Ángel a trabajar las fibras de esta planta que pertenece a la familia de las gramíneas, pero sin abandonar la confección de prendas con el algodón. El bambú es una alternativa natural que brinda una fibra diferente al algodón, lana y otras fibras sintéticas como el nylon y el polyester. Entre sus ventajas se destaca que no absorbe la humedad, sino que la expulsa manteniendo la piel seca y la prenda también. El bambú tiene un poder de absorción 200 veces mayor que el algodón. Conserva además la temperatura corporal, es antibacteriano y antimicótico (evita olores desagradables y la transpiración frente al calor). No irrita la piel y protege de los rayos UV, que son filtrados naturalmente por el bambú. La fibra es de una textura sedosa y suave. Es resistente y más ecológica que el algodón, ya que se degrada más rápido. Y únicamente acepta colorantes vegetales. Su rendimiento es superior, y se la considera la nueva generación de fibras inteligentes.

Super caña. En esta tendencia que apunta cada vez más fuerte a la producción eficiente y también sustentable, el bambú calza perfecto. La caña es originaria de la India. Se siembra en zonas marginales, poco fértiles, y no invade territorio para otros cultivos. No requiere ningún tipo de agroquímicos, pesticidas, herbicidas, ni fertilizantes. Exhala dos veces más oxígeno que cualquier planta porque absorbe más dióxido de carbono de la atmósfera que otras plantas y contribuye a la reducción de gases que aceleran el calentamiento global. Por otro lado, el algodón representa hasta el 25 por ciento del uso global de insecticidas. "Los que estamos en esto y nos dedicamos a las telas técnicas, creemos que el futuro es el bambú", asegura Ángel.

Para lograr hilar con la caña de bambú se debe convertir en fibra. Eso se logra mediante un proceso de eliminación de la linina (pegamento natural que tienen todos los vegetales). "Si bien las primeras fibras se hicieron en Japón, las fábricas que manufacturan son chinas, por una cuestión de producción de materia prima y el costo de la mano de obra. Todo el proceso de hilatura se hace en China, pero el origen es japonés", explica Ferrari.

La posta la tienen los pequeños. Hace tres años que en la Argentina se trabaja la fibra de bambú, y recientemente entró en Europa. Actualmente, las grandes marcas textiles no pueden trabajar el bambú, porque hoy la producción es muy limitada y las marcas más importantes requieren enormes cantidades. Por el momento, son los pequeños productores quienes tienen mejor acceso a la materia prima. "Yo tengo una cuota anual, pero no puedo pasarme con las cantidades porque no hay. Para el 2012 está estimado que entren tres plantaciones en el exterior, y se va a elevar la producción en un 30 por ciento", comenta Ángel.

Para la confección de sus prendas, Ángel recibe las fibras que se importan de China, y las envía a los tejedores para que realicen el jersey. Luego, pasa a las tintorerías para que se haga el acabado final, el teñido y el suavizante. En su taller, Ángel recibe los enormes rollos de tela, y hace los diseños de las prendas, que luego se cortan y confeccionan. Ferrari actualmente está haciendo uniformes para la Marina argentina con fibra de bambú. "Estoy trabajando para que la primera piel de los equipos de neoprene de los infantes de la marina sea de bambú, que les permitiría superar los rigores del frío, aun en condiciones climáticas extremas", dice.

Fuente: El Federal por Douglas Mac Donald

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