Fueron veinticinco las marcas y los diseñadores que presentaron sus propuestas invernales en la decimoséptima edición de Fashion Rio, la segunda semana de la moda en importancia de Brasil, detrás de la São Paulo Fashion Week.
Fuente: trend x change.
Por Karen Kim.
Organizada por la empresa Luminosidade junto con la Federación de Industrias del Estado de Río de Janeiro (Firjan), se llevó a cabo en Píer Mauá, un predio en el puerto de la ciudad, e incluyó también el salón de negocios Río-à-Porter.
Entre los desfiles más importantes estuvo el de Lucas Nascimento, uno de los tantos diseñadores brasileños con proyección internacional. Fiel a su experimentación con el tejido de punto, pero esta vez con una mayor bajada urbana, presentó una colección de prendas con volúmenes casi arquitectónicos, combinadas con otras de tejido Intarsia –una técnica que permite la selección de hilos por zonas- en las cuales recortes geométricos de color jugaron con transparencias estratégicamente colocadas. Sacos de tejidos rígidos de hilado bouclé sin recortes de sisas ni cuellos daban una sensación de protección incómoda para la vida citadina. Hubo acabados reflectivos, repetidos en accesorios y zapatos. Los colores para esta temporada fueron el gris, camel, verde agua, negro y lila.
Con un perfil más barroco y kitsch, estuvo presente la marca Alessa. El tema de su colección fueron los dulces. Imágenes de caramelos, cupcakes y los brigadeiros locales traducidos a estampas sublimadas y bordados, creando una explosión multicolor sobre maxivestidos, maxifaldas, overoles y remerones en satén y crêpe. El contraste vino de la mano del negro: encaje, lentejuelas, tul y jacquard rayado generaron un estilo gótico pero cargado de alegría carioca. Los motivos se repitieron en los accesorios diseñados por Francesca Romana Diana.
Por otro lado, la diseñadora Érica Frade, de la casa Patachou, asombró al público con una colección más conceptual, aunque no menos usable. Inspirada en las mujeres de Hitchcock, generó una imagen sobria, elegante, misteriosa y dramática. Mostró vestidos de siluetas rectas y escotes recatados con detalles que revelan una sensualidad escondida. Grandes escotes en la espalda, faldas grises cuyos ruedos dejan entrever una enagua de encaje negro, vestidos de encajes de hilos dorados con generosas transparencias. Texturas que no son lo que parecen: lentejuelones forrados, flecos hechos a partir de pilas de lentejuelas, volados que se confunden con grandes drapeados. Los colores acompañan la sobriedad: negro, gris, azul marino, siempre combinados con el color de la piel. Destacables los zapatos de cuero trenzado acompañados con soquetes, el accesorio estrella de la nueva temporada.
La buena simbiosis entre la inmensa industria textil brasileña y el diseño de autor da como resultado que sus dos semanas de moda estén posicionadas dentro de las 20 mejores del mundo, y que varios de sus diseñadores vernáculos estén presentes en las pasarelas europeas, lo que suscita que aumenten las exportaciones y los beneficios para todos los integrantes del rubro.
Más información http://ffw.com.br/fashionrio
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