La suba del precio de las commodities genera divisas pero crea tensiones distributivas y problemas de competitividad.
Fuente: El Economista
Por Mariano Kestelboim (*)
Si bien el aumento generalizado observado de precios de las commodities hasta enero de 2011 genera cierto alivio para la economía local, gracias a la generación de divisas de las exportaciones agroindustriales, el proceso tensiona aún más el conflicto distributivo.ya que acelera la inflación y erosiona la competitividad. Eso representa un problema no sólo desde el punto de vista macroeconómico, sino que pone de manifiesto lanecesidad de una estrategia dedesarrollo en cadenas de valor clave para la generación de empleos y divisas que permitan reducir la brecha tecnológica que nos separa de las naciones centrales. La explosión del precio de la fibra de algodón, que pasó de U$S2 a casi U $S4,70 por kilo en el último año, confirma el impacto del desequilibrio estructural que existe en la economía mundial. Si bien una parte de la suba responde a componentes especulativos, potenciados por la desvalorización internacional del dólary el boom de los mercados de futuros, en el caso del algodón el aumento del precio superó enpromedio (enero 2009 vs. febrero de 2011) un 125% el aumento del preciodelasoja,unl20% el dinamismo en el precio del trigo y el 95% el incremento del precio de la plata. La transición de las economías de Chinayde la India hacia el capitalismo genera un exceso de demanda de insumos críticos, lo cual acentúa la escasez de recursos naturales en el mundo. Ambos han incorporado a millones de trabajadores/consumidores al mercado con salarios de subsistencia.
En una fase inicial, este fenómeno se expresó en unmayor consumo de bienes de primera necesidad, básicamente alimentos, y de aquellos vinculados al desarrollo de la infraestructura de los países emergentes, como la energíaylos minerales para la construcción. Hoy lapresiónse observa también en el incremento de la demanda de fibras textiles destinadas principalmente a la producción de vestimenta y de artículos para el hogar (sábanas,toallas,manteles, alfombras, cortinas, etcétera) y medicinales (vendas y gasas). El algodón, que como todo recurso natural tiene una oferta restringida, se convirtió para ellos enla commodity quemas serevalorizóenelmun-do desde el año 2009. Los detonantes en el mercado de la fibra fueron las condiciones climáticas adversas de tres de los cuatro más grandes fabricantes (Estados Unidos, China y Pakistán) y la difusión de la estrategia china de reservar parte de sus stocks. También se revela la consolidación del crecimiento de la demanda de países hasta hace poco tiempo periféricos, especialmente asiáticos, sobre una oferta prácticamente inelástica. Sin embargo, el sostén real que explica el ritmo ascendente del precio de la fibra de algodón es la política del Estado china de acaparar el insumo estratégico de la cadena de valor. Frente al proceso de transición a una economía capitalista, el Gigante Asiático necesita controlar los recursos naturales comoejede mantenimiento de su competitividad. Esa agresiva política del Gobierno chino de captación de los mercados internacionales, que va logrando desplazar la producción de industrias de otros países mano de obra intensivos o bien estratégicas de los procesos de desarrollo, como la textil, la electrónica y la automotriz, motoriza la acelerada inyección de nuevos consumidores al mercado y el consecuente fenomenal desequilibrio global.
Esta situaciónno sólo se expresa en el aumento de los precios de los recursos naturales, sino también en peores condiciones generales laborales (y de vida) que requiere la estrategia depredadora de crecimiento del sistema productivo asiático, que es promovido, en buena medida, por capitales estadounidenses y europeos.
A nivel local, el costo de la materia prima no incide fuertemente en el valor final de la prenda en los segmentos medios altos (20% del mercado) pero impacta en las prendas de los sectores medios bajosyen productos textiles para el hogar. El caso del algodón manifiesta la relevancia de pensar políticas públicas orientadas a aprovechar las mejoras en los precios internacionales dentro un eslabónimportante hacia dentro de una cadena (renta), logrando que la misma sea beneficiosa para el conjunto. Por ello, debatir la matriz deseada de la producción agropecuaria e industrial, teniendo en cuenta los diferentes escenarios probables de precios y disponibilidad de tierras resulta fundamental para toda estrategia de desarrollo. Esto lleva a pensar políticas de integración y agregación de valor, en un marco donde los recursos naturales son estratégicos.
La necesidad de tener una política productiva de largo plazo nos lleva a tener en cuenta 3 puntos. - El sector algodonero fue uno de los más castigados enlas últimas décadas por la pérdidade rentabilidad relativa en relación a otros productos agropecuarios conmayores precios y renta (particularmente la soja). La cosecha pasó de 450 mil toneladas a mediados de la década del noventa a 70 mil en 2003. Actualmente se producen 320 mil pero con la mejora en la rentabilidad relativa actual se podría rápidamente superar los máximos históricos, en un marco donde contar con el insumo crítico resulta vital para el desarrollo de la cadena de valor.
-La pregunta esquíen págalos costos adicionales del proceso. Si es el consumidor final, no sólo afecta los ingresos de los trabajadores, sino tambiéndel sector industrial que está orientado al mercado interno. Si los costos se reparten hacia dentro de la industria, la pérdida de rentabilidad puede generar desaparición de empresas y subsectores de una de las cadenas con mayores eslabonamientos y multiplicadores y muy importante en la generación de empleo. La industria textil-indumentaria hoy genera 250 mil puestos de trabajo que llegan a medio millón si se añade la producción primaria y comercialización.
-Frente a esto se deben evaluar políticas públicas con reglas claras y previsibles que incentiven el desarrollo del sector. Este debe tener en cuenta compensaciones, cupos, tasas y derechos, reintegros, financiamiento, defensa de la competencia y.sobre todo, no afectaralos rubros más atomizados.
Este análisis podría replicarse en un conjunto de cadenas de valor estratégicas para nuestro país. Mientras China avanza, crece, compra insumos críticos y empresas, vende productos elaborados y establece precios internacionales de los mismos para dominar la generación de valor, el proceso de industrialización argentino, como el de granparte los países de la región, todavía se encuentra entre algodones. Armar el rompecabezas productivo resulta imprescindible para promover un crecimiento con integración social y territorial.
(*) Economista jefe CEU-UIA y economista jefe de la Fundación Pro Tejer, respectivamente. Miembros de la Sociedad Internacional para el Desarrollo.
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